Javier Peinado: “Lo de ‘Salir Juntos de Esto’ debe dejar de ser un eslogan y convertirse en una realidad, y para eso se necesita el apoyo de toda la sociedad”

JavierPeinado
El Secretario General de la Confederación Regional Empresarial Extremeña (CREEX), Javier Peinado, ha participado en el programa La Brújula de la Economía, de Onda Cero, donde fue entrevistado por la periodista Cristina Martínez acerca de la situación del tejido productivo de Extremadura.
 
-¿En qué situación se encuentran las empresas extremeñas tras estas semanas de paralización de la actividad?
-No voy a poner paños calientes. La situación es mala. Estamos al menos con cierto optimismo intentando retomar esa escalada productiva pero teniendo en cuenta la configuración de sectores y el tamaño de empresas, nuestra economía está muy tocada. Téngase en cuenta que en Extremadura el sector servicios tiene mucho peso en términos de PIB y de empleo, y es el que más ha sufrido. En cuanto al tamaño, en nuestra región priman las microempresas y los autónomos, no las grandes empresas, y este tejido productivo no tiene el pulmón financiero para aguantar tantas semanas sin ningún ingreso, sin oxígeno. Incluso las que han tenido algún ingreso han caído en su cifra de negocio entre un 85% y un 90%. Para estas quizá la situación ha sido peor, porque no han tenido el apoyo de los ERTE de fuerza mayor por no ser actividades obligadas al cierre.
 
-¿Estamos entonces en una situación crítica?
-Estamos en una situación de crisis, y de las medidas que se tomen para remontarla, para ayudar a las empresas en eso que hemos denominado la ‘escalada’, el esfuerzo para ir subiendo poco a poco hasta alcanzar los niveles prepandemia, dependerá que sea una hecatombe o una recuperación progresiva. Muchas veces parece olvidarse una realidad evidente, y es que, sin empresas, no hay empleo. Si se deja caer al tejido productivo, si se permite que caigan los negocios, ¿quién va a contratar? Se puede argumentar que, si caen empresas, se crearán otras. Bien, es posible, pero el periodo de maduración de un proyecto empresarial, si es que al final llega a buen puerto, es de entre dos y tres años. Es decir, entre dos y tres años antes de que esté totalmente operativa y generando empleo, ¿y mientras? Por eso hay que intentar mantener las empresas, aunque estén en una situación difícil, ayudándolas, porque ese será el germen, para que cuando haya actividad con cierta normalidad se pueda remontar la situación.
 
-Desde la Confederación Regional Empresarial Extremeña se han mostrado durante este periodo muy críticos con el Gobierno de España, ¿por qué esa oposición?
-No, nosotros no hemos hecho oposición al Gobierno, nada de eso. No entramos en el juego político para nada. El Gobierno es legítimo, fruto de unas elecciones y unos acuerdos para configurar mayoría, por tanto no cuestionamos su legitimidad. Pero exigimos la misma consideración, la misma lealtad. Nosotros, las organizaciones empresariales, también somos legítimos representantes, avalados por la Constitución, de nuestro colectivo, y no se nos puede apartar de las decisiones que nos afecten. Primero, por la legitimidad que nos corresponde, y segundo, por pragmatismo, por el mero hecho de que no se puede legislar o decretar deespaldas, o contra, el colectivo al que van orientadas esas leyes o esos decretos. Por eso hemos sido críticos, con una crítica desde la lealtad institucional
 
-¿Se refiere al diálogo social?
-Me refiero a la falta de diálogo social y de concertación. El Gobierno ha ignorado, cuando no torpedeado, el diálogo social con organizaciones como CEOE o CEPYME. Ha habido altibajos y tensión. Se ha cerrado a escuchar propuestas y, en muchos momentos, ha dado la impresión de que el empresario era la pieza a abatir, no un colaborador necesario para tirar de la economía y asegurar el Estado del Bienestar.
 
-Pero en Extremadura no ha sido así, ¿no?
-No, no. En Extremadura ha sido justo lo contrario, es algo que se ha reconocido incluso fuera de nuestra región, que nos han hecho llegar otras organizaciones. Desde el primer momento, CREEX y sindicatos hemos tenido disponibilidad absoluta y contacto continuo con la Junta de Extremadura, empezando por su presidente y continuando por consejeros y consejeras, direcciones generales, secretarías generales, jefaturas de servicio… No han sido solo las reuniones de los lunes con el consejo de gobierno en pleno, a las que se ha sumado la Delegada del Gobierno, sino también en grupos específicos de trabajo, y en esa disposición total a cualquier hora, cualquier día, para escuchar una propuesta, encarrilar un problema, afinar soluciones, etcétera. Creo que si otras Administraciones, a otros niveles, hubieran hecho lo mismo, se habrían despejado muchas incertidumbres, se evitaría mucha ansiedad y veríamos el futuro con más confianza.
 
-¿Qué medidas de las que se han tomado han sido positivas para las empresas?
-A nivel del Gobierno, la única realmente eficaz son los ERTE. Estaba claro que si a empresas a las que se obligaba a cerrar o se les ponían fuertes restricciones tenían que seguir pagando nóminas y costes sociales, pocas iban a sobrevivir. Eso sí, se nos cuela lo de la cláusula de prohibir los despidos durante seis meses. Es lo que le decía antes de la visión que tienen del empresario, ¿es que creen que un empresario monta una empresa para despedir? No, despide si no tiene más remedio, si la supervivencia de la empresa depende de ello. ¿Y creen que prohibiendo los despidos solucionan el problema? Al contrario, lo agravan, porque si una empresa no puede ajustar su plantilla a la demanda, a su situación, va a la quiebra, y si pasa eso, todos los trabajadores van a la calle, y quedan en el limbo, ¿quién les paga?
El resto de medidas han sido créditos y aplazamientos de impuestos, pese a ir en la buena dirección, han sido parches, es decir, dar al balón una patada hacia delante, endeudar más a las empresas en un momento delicado, ¿qué va a pasar cuando tengan que afrontar esos créditos y esos aplazamientos?
 
-¿Y las medidas de otras administraciones?
-En la parte de la Junta de Extremadura, fruto del diálogo social, hemos debatido, propuesto y llegado a acuerdos muy importantes, dentro de la capacidad competencial que tiene el Ejecutivo regional. Ahí están las líneas de ayuda directa para autónomos y microempresas, y donde, fíjese, Junta y sindicatos han aceptado que se subvencionen contratos temporales, a lo que son contrarios por principio, pero han visto, les hemos explicado y lo han entendido, que ahora mismo, en esta coyuntura, era necesario. Son medidas insuficientes, pero también entendemos la situación de las arcas regionales, aunque seguimos peleando por más recursos. Igualmente creo que han sido muy relevantes los acuerdos para la simplificación administrativa, los cambios en la LOTUS para atraer inversiones, las medidas de financiación como los microcréditos y las líneas de avales extraordinarios de Extraval, donde se da un paso más, al avalar no el 80% como el ICO, sino el 100% y además se subsidian los intereses durante dos años. Ahí hemos avanzado bastante más que a nivel estatal. En este diálogo, ninguna de las partes hemos conseguido todo lo que pretendíamos, porque eso es la negociación, pero todas hemos ganado, y sobre todo, ha ganado la sociedad extremeña.
 
-¿Qué espera a partir de ahora?
-Que se vaya retomando la normalidad, con todas las garantías y medidas sanitarias para de una vez por todas erradicar al maldito virus. Que se imponga la cordura, la altura de miras y la responsabilidad. En la Confederación Regional Empresarial Extremeña somos optimistas, queremos serlo, y sabemos que, con esfuerzo, podemos salir de esta. Pero eso de ‘salir juntos’ tiene que dejar de ser un eslogan y convertirse en voluntad, en algo real. El Gobierno tiene que abandonar el maximalismo, las posturas demagógicas y bajar a pie de calle. Que hable con los empresarios, con los sindicatos, con la gente que tiene propuestas que hacer. Que escuche sin prejuicios. Y sobre todo, que genere confianza, certidumbres y seguridad jurídica, algo fundamental para las empresas y para toda la economía productiva. No es de recibo que a estas alturas andemos aún sin saber qué va a pasar con los ERTE a partir del 30 de junio, si las empresas dispondrán de alguna ayudas para acometer las inversiones a las que obliga en los centros productivos la denominada nueva normalidad, si van a tocar o no la reforma laboral, que sería un error mayúsculo, y tantas otras cuestiones. Y sobre todo, sentido común, un poquito al menos: no puede azuzarse la idea de ‘o salud o economía’, pretendiendo que quienes queremos que se active el tejido productivo poco menos que nos da igual la salud de las personas. Tenemos que hacerlo compatible, tomar las medidas sanitarias, preventivas, de higiene y protección que sean necesarias, porque la salud es la prioridad, pero permitiendo que los empresarios, con el apoyo de toda la sociedad, hagan lo que saben hacer, que es generar actividad, empleo, que son los mejores escudos para sostener el Estado del Bienestar. Es hora de buscar puntos en común y dar certezas y seguridades. Así sí saldremos de esta.

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