Los Recortes públicos y el "apagón" renovable acenuarán la caída del PIB regional en 2012

En el 2011 la caída de la economía extremeña fue del 0,7%, tras un último trimestre con un comportamiento mucho peor de lo esperado.

A estos factores se suma la ralentización de la zona euro, que frenará las exportaciones, y las malas expectativas para la construcción La economía extremeña continuará en recesión durante todo el año 2012, aunque la tendencia negativa se suavizará a lo largo del segundo semestre del año. Es la previsión de los expertos que elaboran el Boletín de Coyuntura Económica de Extremadura.

El impacto negativo que van a tener el saneamiento del déficit público, tanto el de carácter estatal como el autonómico, y el recorte de las primas a la producción de energías renovables que recientemente aprobó el Gobierno, lastrarán a la economía extremeña por encima de lo que inicialmente se pronosticaba.

A estos factores se sumarán, por un lado, el empeoramiento general de las economías europeas, que provocará una previsible disminución de las exportaciones extremeñas, y, por otro, la mala evolución de un sector, el de la construcción, que seguirá arrastrando dos grandes problemas: un exceso de viviendas difícil de absorber por el mercado y el desplome de la licitación pública.

Así las cosas, la estimación contenida en este informe, que publica la Fundación Caja de Extremadura, es que el PIB autonómico continúe en números rojos en términos interanuales durante los cuatro  trimestres del año (- 1,6% en los dos primeros y -1,2% y -1,1% para el tercero y el cuarto, respectivamente) y que acabe el año en el entorno del -1,4% (-1,3% en España). Intertrimestralmente, solo se vaticina un respiro, que llegaría entre julio y septiembre, cuando se podría crecer un modesto 0,1%.

A este mal pronóstico para 2012 se llega después de un no mucho mejor 2011. Para el año pasado, el boletín sitúa la evolución que acumuló la economía extremeña en el -0,7%, frente al 0,7% en el que se cifra el aumento del PIB español. Este descenso es bastante más acusado del previsto --en diciembre, el anterior número de esta publicación estimaba que se acabaría entre el -0,1% y el 0%--, una vez que el  comportamiento de los indicadores extremeños en el cuarto trimestre fue mucho peor de lo que se esperaba.

En conjunto, el descenso interanual del PIB durante los últimos tres meses del ejercicio fue del 1,1%. Especialmente malos fueron los comportamientos del sector servicios de no mercado, a causa de las  medidas de ajuste en la Administración pública, y el de la construcción.

Esta última rama de actividad finalizó el ejercicio con una pérdida de su Valor Añadido Bruto (VAB) del 6,9%, tras ir sumando todo el año descensos superiores a los contabilizados de media en España. No se caía de forma tan intensa desde los peores trimestres del 2009. La crisis ya ha costado a este sector casi la mitad de los 60.100 puestos de trabajo que generaba en la comunidad autónoma antes de que comenzaran a sentirse sus efectos.

No obstante, los últimos meses del pasado ejercicio también dibujaron algunas pinceladas positivas. Una de ellas vino de la mano de la industria manufacturera, con una mejora del 1,8%, claramente por  encima de la media nacional, cimentada en gran medida en los registros positivos de la demanda externa durante todo el año.

En esta misma línea, la rama energética creció un 4,5% entre octubre y diciembre, si bien la supresión temporal de las primas para las renovables coloca ahora a este sector en un escenario de incertidumbre. En este punto, aún es pronto para cifrar con exactitud la trascendencia de esta medida para la economía extremeña, ya que habrá que esperar a saber cuál es la intensidad del efecto de la reducción de las ayudas.

Su incidencia final dependerá también de otras variables como el precio del petróleo. De la misma forma, son destacables los números del sector turístico extremeño, con máximos anuales tanto en cifra de entrada de viajeros como en la de pernoctaciones.

En materia de empleo, el estudio subraya que los datos sobre inscritos en la Seguridad Social confirman una vez más la negativa evolución de la ocupación, con la cifra más baja de afiliación registrada en la región desde inicios del 2006. Es seguro un empeoramiento de las cifras del paro para el cierre de este primer trimestre, mientras que para los dos siguientes se apreciará cierta mejoría. La incógnita es saber cómo se despedirá el año.