Muchas microempresas y autónomos están al límite mientras el Gobierno parece no tener un plan integral para activar la economía, según la CREEX

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Decretos, órdenes, aclaraciones, rectificaciones, matizaciones, modificaciones… ese parece ser, según la Confederación Regional Empresarial Extremeña (CREEX) el modo en el que el Gobierno de España está abordando los efectos económicos derivados de la crisis del coronavirus.
 
“La impresión es que no se tiene un plan, una hoja de ruta para ir abordando etapas conforme se vaya pudiendo, y cada nueva medida genera más dudas que certezas, está llena de vacíos o ambigüedades, y así es muy difícil que se reconstruya nada”, ha señalado tajantemente Javier Peinado, secretario general de la CREEX.
 
Como último ejemplo, Peinado ha aludido al plan de desescalada, “en el que figuran las medidas, o fases, para que la ciudadanía vaya pudiendo salir del confinamiento, y, solo de pasada, se establecen limitaciones al aforo en negocios y espectáculos, pero ni media palabra sobre qué pasará si en esas condiciones no es factible abrir, ni cómo van a afrontar los negocios la inversión para medidas de protección de clientes y trabajadores, ni qué pasará con los ERTE, ni qué va a ocurrir si una empresa ve inviable volver a contar momentáneamente con toda la plantilla…, un cúmulo de dudas que están generando angustia en el tejido productivo, a la que se suma la angustia de tantos trabajadores que aún no han cobrado las prestaciones y no saben cómo van a afrontar sus gastos domésticos”.
 
Uno de los problemas de raíz es, a juicio del secretario general de la CREEX, la unilateralidad con la que el Gobierno ha manejado esta situación. “Por un lado se pide unión, incluso se alude a los Pactos de la Moncloa, y sería lógico pedir unidad y lealtad, pero esto es una vía de doble sentido, y si quien te pide eso ignora el diálogo social, o el diálogo a secas, es muy difícil que se dé unidad, lo que se está pidiendo es adhesión a medidas no consensuadas ni debatidas, y tomadas muchas veces sin conocer realmente la situación de las empresas”, ha asegurado Peinado.
 
Por lo que se refiere a las medidas, el dirigente de la organización más representativa del empresariado extremeño ha insistido en que, más que medidas, son parches, “que se basan en que, por la vía de la moratoria, el aplazamiento o el crédito, que además no fluye como debería por las condiciones en las que se planteó, las empresas se endeuden más, hipotequen un futuro que además es de incertidumbre. Por si fuera poco, no termina de definirse algo tan fundamental como la vigencia de los ERTE, y es imposible para los empresarios hacer planes de viabilidad mínimamente fundamentados si ni siquiera saben con qué van a contar”.
 
Además, Peinado ha asegurado que se sigue detectando una cierta hostilidad hacia la figura del empresario, en medidas como prohibir los despidos: “no parecen entender que si una empresa no tiene ingresos debe poder adaptar su plantilla a la situación, y que si se la asfixia no es que haya un despido o varios, es que toda la plantilla se irá a la calle, sin indemnización, y además no habrá empresa para recuperar el empleo, es un sinsentido”.
 
Finalmente, ha incidido en la necesidad de ayudas directas “en vez de poner el endeudamiento como única salida, con un marcado cortoplacismo sin recorrido”, tales como exenciones de impuestos y cuotas y ayudas a fondo perdido. “O se establece un plan lógico o nos quedamos sin empresas, y sin empresas no hay empleo, que se lo marquen a fuego en cada una de sus decisiones”.