La economía española registra un crecimiento trimestral del 0,1% en el tercer trimestre de 2013

El Producto Interior Bruto (PIB) generado por la economía española ha registrado un crecimiento trimestral del 0,1% en el tercer trimestre de 2013. Esta tasa es dos décimas mayor que la estimada en el segundo trimestre. En términos anuales, la tasa de crecimiento del PIB es del –1,1%, cinco décimas superior a la del trimestre anterior, como consecuencia, fundamentalmente, de una contribución menos negativa de la demanda nacional.

 

La Contabilidad Nacional Trimestral incorpora la última información coyuntural disponible en el momento de su elaboración, por lo que las estimaciones relativas a los trimestres anteriores del año corriente pueden sufrir alguna revisión. Por lo que respecta al entorno europeo, en el tercer trimestre de 2013 tanto la Unión Europea en su conjunto como la Eurozona registraron crecimientos trimestrales positivos (0,2% y 0,1%, respectivamente), aunque menores que los registrados en el trimestre precedente (0,3% en ambos casos). Las principales economías europeas han presentado un comportamiento heterogéneo. Entre los países que han registrado un menor crecimiento con respecto al segundo trimestre figuran Alemania (0,3% frente a 0,7%) y Francia (–0,1% frente a 0,5%). Por su parte, entre las economías que presentan tasas de crecimiento superiores a las del segundo trimestre, figuran Italia (del –0,3% al –0,1%), Holanda (del 0,0% al 0,1%) y Reino Unido (del 0,7% al 0,8%).

Analizando el crecimiento anual del PIB español en el tercer trimestre de 2013 respecto al mismo período de 2012 desde la óptica del gasto, se observa una contribución menos negativa de la demanda nacional (–2,5 puntos frente a –3,7 puntos en el trimestre anterior) y una menor aportación positiva de la demanda externa (1,4 puntos frente a 2,1 puntos).

Demanda nacional

Atendiendo a los dos principales componentes de la demanda nacional, el gasto en consumo final presenta una variación anual menos negativa en el tercer trimestre de 2013, mientras que la inversión en capital fijo permanece estable. El gasto en consumo final de los hogares disminuye su decrecimiento en 1,1 puntos, pasando del –3,3% en el segundo trimestre de 2013 al –2,2% en el tercero, como consecuencia de una mejora generalizada del comportamiento de todos sus componentes, tanto de bienes como de servicios, y en línea con la evolución menos negativa de la remuneración de los asalariados, principal recurso de los hogares para enfrentarse al gasto en consumo. Dicha remuneración decrece a un ritmo del –3,6% en el tercer trimestre frente al –5,2% registrado en el segundo. Por su parte, el gasto en consumo final de las Administraciones Públicas presenta una variación positiva del 0,3%, tres puntos y una décima superior a la del trimestre precedente. A este resultado ha contribuido especialmente el menor descenso experimentado por la remuneración de los asalariados y el crecimiento del consumo intermedio. La formación bruta de capital fijo permanece estable, situándose en un –6,3%. Atendiendo a los distintos tipos de activos, los materiales presentan una tasa del –6,6%, similar a la variación registrada en el trimestre precedente. Este comportamiento es debido por un lado a que la inversión en bienes de equipo continúa su trayectoria con variaciones positivas, y, por otro, a que la construcción sigue presentando tasas de variación negativas importantes. Finalmente, la inversión en activos inmateriales muestra una variación del –2,5%. La demanda de activos de bienes de equipo y activos cultivados presenta un crecimiento del 0,2% en el tercer trimestre, frente al 1,0% del trimestre anterior, en sintonía con la evolución de los indicadores de producción industrial, cifra de negocios e importaciones de este tipo de bienes. El ritmo de aumento de la inversión en activos de equipo de transporte (8,4%) es más intenso que el registrado por la inversión en maquinaria (–2,7%). La inversión en activos de Construcción disminuye en cuatro décimas su decrecimiento, pasando del –10,7% al –10,3% como consecuencia de la evolución tanto de la inversión en vivienda como en ingeniería civil y otras construcciones.

Demanda exterior

La contribución de la demanda exterior neta de la economía española al PIB trimestral desciende siete décimas respecto al trimestre anterior, del 2,1% al 1,4%. Tanto las exportaciones como las importaciones de bienes y servicios registran crecimientos inferiores a los del trimestre anterior. Las exportaciones de bienes y servicios disminuyen 4,4 puntos su crecimiento, pasando del 9,1% al 4,7%. En el caso de los bienes, la desaceleración es de 5,2 puntos (del 12,7% al 7,5%), como consecuencia, fundamentalmente, de una desaceleración del flujo de bienes a los países que no pertenecen a la Unión Europea. Las exportaciones de servicios no turísticos experimentan un decrecimiento del –4,2%, lo que supone, 5,6 puntos menos que en el trimestre anterior (1,4%), mientras que las compras de no residentes en el territorio económico aumentan nueve décimas su crecimiento (del 1,9% al 2,8%).

Las importaciones de bienes y servicios reducen en 1,8 puntos su ritmo de crecimiento (del 2,5% al 0,7%). Analizando todos sus componentes, las importaciones de bienes presentan un ligero descenso en el ritmo de crecimiento respecto al trimestre anterior, con una tasa de variación anual del 2,6% frente al 3,4%.

Oferta

El análisis del cuadro macroeconómico desde la óptica de la oferta muestra que la mayoría de las ramas de actividad presentan un mejor comportamiento respecto al trimestre precedente.

El valor añadido bruto de las ramas industriales atenúa su decrecimiento en un punto y seis décimas en el tercer trimestre, pasando del –2,6% al –1,0%. En lo que se refiere a la Industria manufacturera, el descenso anual registrado en el tercer trimestre es cuatro décimas menor que el presentado en el segundo (del –1,9% al –1,5%), en línea con la mejora observada en la evolución de la demanda nacional de bienes manufacturados. También acorde con la evolución de la demanda de activos de la Construcción y del empleo en esta actividad, el valor añadido bruto de este sector mejora tres décimas su evolución, desde el –6,5% al –6,2%. Por su parte, el valor añadido de las ramas de los Servicios también modera su decrecimiento respecto al segundo trimestre, pasando del –0,9% al –0,5%. Esta evolución se puede observar en todas las ramas salvo en la de los servicios de información y comunicaciones (0,4% frente al –2,0%). Además, en el caso de las ramas del comercio, transporte y hostelería, y de las actividades artísticas, recreativas y otros servicios, la variación en este trimestre ha sido positiva. Finalmente, las ramas primarias registran un decrecimiento de –2,1% frente al 0,5% del trimestre anterior, de acuerdo con la evolución de los indicadores de actividad agrícolas y ganaderos.

El número de horas efectivamente trabajadas por las personas ocupadas pasa del –2,4% al –3,1% en este trimestre. Por otra parte, la jornada media a tiempo completo disminuye 1,5 puntos, pasando del 1,6% al 0,1%. De la consideración conjunta del crecimiento del PIB trimestral y de los datos de empleo ocupado, se deduce que la variación anual de la productividad aparente por puesto de trabajo equivalente disminuye tres décimas su crecimiento, desde el 2,4% al 2,1%, mientras que el crecimiento de la productividad aparente por hora efectivamente trabajada aumenta un punto y tres décimas, del 0,7% al 2,0%.
 

PIB a precios corrientes y deflactor implícito

El PIB valorado a precios corrientes disminuye su nivel de contracción en dos décimas, situándose en el –0,7% en el tercer trimestre de 2013. Como consecuencia de la evolución del PIB tanto a precios corrientes como en términos de volumen, el deflactor implícito de la economía se desacelera tres décimas, alcanzando el 0,4%.

Rentas

Por lo que se refiere a la distribución primaria de las rentas, la remuneración de los asalariados pasa del –5,2% al –3,6%. Este resultado es consecuencia de un aumento de un punto y dos décimas en la tasa de variación del número de asalariados (del –5,0% al –3,8%) y de una subida de tres décimas en la remuneración media por asalariado (del –0,2% al 0,1%). De esta manera, el crecimiento del coste laboral por unidad de producto (CLU) se sitúa en el –1,9%, dos puntos y tres décimas por debajo del deflactor implícito de la economía.

El excedente de explotación y la renta mixta aceleran su crecimiento en ocho décimas, pasando del 1,0% al 1,8%. Finalmente, los impuestos sobre la producción y las importaciones netos de subvenciones crecen a una tasa del 2,1%. Por lo que se refiere a las aportaciones de estas operaciones al crecimiento del deflactor implícito del PIB, el excedente de explotación y la renta mixta aportan 1,3 puntos al crecimiento de dicho índice, mientras que la aportación de la remuneración de los asalariados es de –1,2 puntos y la de los impuestos netos sobre la producción de tres décimas.


 

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